La sorpresa era para Tania, una amiga que cumplía 28 años en la noche de ayer. Tania adora las chuches y el chocolate, así que era fácil sorprenderla con algo que le hiciese ilusión. Y decidimos completar sus regalos con un montón de gominolas, chocolates y bombones. En esto no queríamos gastarnos mucho dinero, así que prescindimos de todas las tartas, ramos... y demás presentaciones habituales de las tiendas de caramelos, que suelen ser caras y escasas de dulce. Pero tampoco queríamos darle una bolsita sin gracia.
Al final compramos también una caja de cartón kraft (sólo 1 euro) y, pensando en cómo podría decorarla, me vino a la cabeza lo que suele decirnos la gente a ambas, cuando los domingos por la tarde nos atiborramos de chuches y chocolate: que somos peor que los niños!!! Y tal vez esa sea la razón por la que, de vez en cuando, está bien atiborrarte de chuches; el azúcar y el chocolate te hacen sentirte bien, tan bien como, casi todos, nos sentíamos de niños, sin preocupaciones ni problemas que tardaran demasiado tiempo en resolverse.... cuando, lo mejor que podías hacer cuando tenías un poco de dinero era invertirlo en chocolate y gominolas que te duraban mucho menos de lo que tardabas en ir al kiosco de turno a por ellas... pero no tenías ninguna duda de que era la mejor inversión posible...
Así que decidí "transformar" la caja en "La maleta para viajar a la Infancia". Un rotulador, unas ceras, un poco de papel de seda, una foto de esa dulce infancia y todas las chuches necesarias para sentirte como un niño con sólo abrir la maleta. Listo!!! No voy a contaros la cara que puso cuando vio y abrió la maleta, eso me lo quedo para mí, pero sí puedo deciros que ahora ya sé cómo podemos viajar a nuestra infancia cuando queramos.
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